El pueblo de Umbralejo se encuentra en plena Sierra de Ayllón,
en la provincia de Guadalajara, sobre una ladera de pendiente suave, a
1.260 metros de altitud y orientado hacia el Oeste. Pertenece a la
comarca Alto Rey Sorbe y al término municipal de La Huerce, que engloba
también a los pueblos de La Huerce y Valdepinillos.
De procedencia medieval, es un ejemplo de arquitectura negra,
basada en pizarra y cuarcita y con características verdaderamente
originales (ello refleja la dureza de la vida allí y el recio
carácter de los que otrora fueron sus habitantes). Se consolidó como pueblo a partir de unas
majadas o tainas de ganado en la Edad Media. Sus suelos pobres y de escasa profundidad, unido a la falta
de agua, fueron utilizados en los alrededores del pueblo básicamente
para cultivos de secano (centeno, trigo, cebada ..), quedando los
cultivos hortícolas confinados prácticamente a la zona de vega.
El aislamiento, la falta de
servicios y las políticas de repoblación fueron la causa de la emigración que
provocó el abandono de Umbralejo en el año 71 cuando fue definitivamente
expropiado por el ICONA. Hasta 1984 el deterioro natural de sus construcciones y
estructuras fue dejando entre las ruinas siglos de vida, hogares apagados e
incluso algunos fantasmas. Desde esta fecha, con el Plan Experimental de
Reconstrucción de Pueblos Abandonados se comenzó una lenta pero imparable
reconstrucción.
Una vez
abandonado el pueblo el uso del suelo quedó reducido a la silvicultura
para su aprovechamiento maderero. El subsuelo, afloramientos de cuarcita y pizarra, no se explota por su baja calidad.
Umbralejo, situado en el valle recorrido por el río Sorbe, tiene clima característico de montaña, con inviernos fríos y largos y veranos cortos y calurosos.
Sus robledales y encinares originales fueron aprovechados en su mayor parte para hacer carbón,
quedando reducidos en la actualidad, junto con nogales y frutales a
formaciones aisladas. Mejor conservada ha permanecido la vegetación de
ribera con el fresno, álamo, sauce y avellano como especies más características.
Entre los arbustos, por su abundancia cabe mencionar a la jara pringosa, estepa, rosal silvestre, espino albar, brezo, brecina y gayuba, y plantas aromáticas como el cantueso, tomillo, mejorana… de aprovechamiento apícola. Dentro de su variedad faunística cabe señalar algunas especies como el jabalí, corzo, jineta o el zorro; pájaros como el buitre leonado, búho real, halcón peregrino, pinzón, herrerillo, trepador azul y otros como el arrendajo, cuco, zorzal, ratonero, cárabo, etc.
El Plan
Experimental de Reconstrucción de Pueblos Abandonados surge en 1984 a partir de
un convenio suscrito por los entonces ministerios de Educación y Ciencia, Obras
Públicas y Agricultura, a través del ICONA, e incluye a los pueblos de
Umbralejo (Guadalajara), Granadilla (Cáceres) y Bubal (Huesca). En su origen
las actividades consistían principalmente en labores de reconstrucción de
casas, aulas, talleres, recuperación de huertos, jardines, etc. El programa pasó
por diferentes fases y nombres; el pueblo fue tomando vida gracias a la labor de
los diferentes alumnos, profesores, trabajadores e instituciones. Aparecieron
nuevos espacios, nuevas zonas, se fue perfilando y consolidando el proyecto
educativo hasta llegar al actual Programa de Recuperación y Utilización
Educativa de Pueblos Abandonados, auspiciado por los ministerios de Educación,
Cultura y Deporte, Medio Ambiente, Fomento y, desde el año 2000, por la
Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha.
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